"Su obra seguirá guiándonos y su ejemplo seguirá inspirándonos": doctor Diego Valadés
Andrea Martínez[1]
La huella que deja la partida física del doctor Héctor Fix-Zamudio será indeleble, pero su trabajo nos enseña que en México se estudia el Derecho con calidad internacional.
Si se tuviera que nombrar al Derecho de otra forma, Héctor Fix-Zamudio sería la opción más adecuada para hacerlo, porque su empeño como investigador emérito de tiempo completo en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM (IIJ-UNAM), fue una vuelta de tuerca en las ciencias jurídicas en México e Iberoamérica.
Su trabajo es, ha sido y será, la estrella polar que ilumine los rescoldos más obscuros en el Derecho Procesal, Constitucional, Internacional, Derechos Humanos, Administrativo, Comparado y Procesal Constitucional, del que fue su principal promotor.
En el 2008, la Universidad Nacional Autónoma de México le rindió un homenaje con motivo de sus 50 años como investigador de Derecho. En su discurso, el doctor Fix-Zamudio, alegre y espontáneo como era, dijo: “ya tengo el boleto aéreo para el viaje definitivo […], únicamente falta la confirmación del asiento, que espero que no sea tan incómodo como los de clase turista en los vuelos actuales, que constituyen la versión actual del cruce de la laguna Estigia en la barca de Caronte”.
Este viaje definitivo lo emprendió al alba del pasado 27 de enero de 2021. El doctor Diego Valadés se encargó de anunciar la noticia de esta manera: “Con enorme pesar informo que esta madrugada se apagó la vida del gran jurista Héctor Fix-Zamudio. Sin sufrimiento, a los 96 años de una vida generosa y fructífera, su corazón dejó de latir. Su obra seguirá guiándonos y su ejemplo seguirá inspirándonos”.
Pero, ¿dónde radica la importancia de su trabajo jurídico? El doctor Fix-Zamudio ingresó a la Escuela Nacional de Jurisprudencia (hoy Facultad de Derecho) de la UNAM en 1942. México vivía un reacomodo luego de la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera; por lo tanto, el Derecho mexicano tenía una fuerte adherencia nacionalista más próxima a la jurisprudencia decimonónica, pero anacrónica para la primera mitad del siglo XX.
No obstante, el joven e infatigable Fix-Zamudio, con una visión sin fronteras, abarcadora y contemporánea, “miró hacia el Derecho que sería y no se quedó atrapado en el Derecho que era”, escribió el doctor Pedro Salazar, director del IIJ-UNAM.
Desde la academia fijó sus posturas con determinación y, gracias a esto, en México existe la figura del ombudsperson y el estudio científico del juicio de amparo, como recuerda Arturo Zaldívar, Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La huella que deja la partida física del doctor Héctor Fix-Zamudio será indeleble. Sin embargo, los cientos de artículos, libros —que se pueden adquirir aquí https://porrua.mx/hector-fix-zamudio— y capítulos en obras colectivas en los que colaboró, son su herencia que nos legó, en tanto padre del Derecho mexicano contemporáneo.
Su paso como juez y presidente en dos ocasiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y director del instituto jurídico de más prestigio en México, nos enseña que en México se hacen estudios sobre el Derecho con calidad internacional. Además, el ejemplo del doctor Héctor Fix-Zamudio nos invita a continuar con su legado jurídico.
[1] Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha publicado crónica y artículos en los suplementos RSVP y Pimienta del periódico Excélsior. Es redactor del Boletín Jurídico Porrúa y colaborador del área de Comunicación y Relaciones Públicas de Grupo Porrúa.