¿Para qué sirve el derecho?

¿Qué sería de nosotros sin las leyes?, ¿podríamos vivir siguiendo nuestras tendencias naturales, guiándonos sólo por los instintos en cada conducta?, ¿nos comportaríamos como seres humanos en ausencia de marcos limitadores de los comportamientos?, ¿verdaderamente necesitamos seguir las normas? En esta obra se abordan cuestiones de vital relevancia para entender la aportación de las instituciones del derecho a la civilización humana. En primer lugar, se analizan temas como la identidad personal, la conciencia social y la defensa de la libertad individual como forma de autonomía de la voluntad, en los que se reflexiona acerca de la capacidad que tiene el ser humano de decidir y actuar motivado por intenciones propias, siempre que se esté dispuesto a elegir de manera libre. Asimismo, el autor brinda estrategias, como la racionalidad y el derecho adjetivo o procesal, para prevenir las tendencias al error y las desviaciones más comunes en la toma de decisiones de trascendencia comunitaria, y establece el valor de la información, entendida como la compilación y gestión de datos de manera inteligente, para emplearla en la resolución de problemas y en la satisfacción de las necesidades existentes en las diversas sociedades. Después, examina el contrato y otros actos jurídicos que promueven mediante los desarrollos normativos un tipo humano capaz de interactuar, alcanzar compromisos y cumplirlos, consciente de las expectativas y necesidades de los otros, con lo que se contribuye a la armonía social y a proteger la reciprocidad y la alteridad, aumentando la confianza en un mundo globalizado. Por último, se expone el control del poder y otras cuestiones de derecho público, como el respeto a las minorías y la protección de la disidencia.