México y sus revoluciones Tomo I-III

El unánime reconocimiento de su importancia impostergable data de la fecha en que se publicó. El juicio de los contemporáneos -amigos y enemigos del autor, de las ideas del autor- ha venido dilatándose durante más de un siglo y, en la mejor perspectiva de la distancia, se ha enriquecido; lo ha enriquecido el cumplimiento histórico -realizado como empresa nacional de la visión y aspiraciones que constituyen el libro. Visión y aspiraciones progresistas. Más que una obra de historia -y menos entendida ésta como acumulación documental, como fidelidad a la letra del pasado y como erudita imparcialidad- es una tesis y un diagnóstico sobre México, bajo la idea del progreso, entendido como reforma. Precisamente lo que había sido, lo que fue la vida del autor: constante y perpetua voluntad de renovación pública. Este valor vital es el que confiere al libro su máxima excelencia, su cálida temperatura de alegato y admonición. Mora estaba según sus propias palabras "en el caso de buscar trabajo. ...y si necesario fuera lo haría hasta por el salario que se da a un criado"-, el libro acumula, de una parte, la inteligencia extraordinaria del autor y, al mismo tiempo, su experiencia intensísima, estimulada y depurada por la lejanía. Testimonios anteriores de lo primero son los estudios de Mora, la forma en que desempeñó siempre los cargos que le fueron encomendados y la indiscutible autoridad que cobró desde sus años mozos: testimonios que reciben absoluta confirmación en sus escritos. La experiencia fue también singular: doce años de participar en la política militante, cuando el país experimentaba la desorientación de verse independiente sin acertar a constituirse, luchando entre las diversas formas que se le proponían por secreto de felicidad y entre intereses que iban enconándose paulatinamente hasta chocar con las armas en la mano; doce años que culminaron en el ensayo de reforma -1833- resuelto por Mora como solución única de los males crónicos, que no nuevos, padecidos por México.