La verdadera revolución mexicana (1937-1940)

Como el erario nacional, don Alfonso Taracena ha sido frecuentemente saqueado. Desde la publicación de sus indispensable La Verdadera Revolución Mexicana, se han reelaborado sin pudor los hallazgos, se han incorporado sus descubrimientos al saber popular, y se ha convertido su caudal hemerográfico en la sociedad de masa de las notas de pie de página. él de manera imperturbable, ha continuado su trabajo, al margen de reconocimientos y desconocimientos, fiel a sus admiraciones y a sus odios entrañables, convecino de su destino: la aclaración permanente de la moral histórica. Antes de concluir, una mínima discrepancia con alguien que censura a Taracena y manifiesta tres diferencias con don Alfonso. En la primera, estoy de acuerdo. Manuel Gómez Morín no actuó con Calles como Efrén Rebolledo con Huerta. La comparación es injusta y, además, imposible. No estoy de acuerdo con las dos siguientes. Dice el censor: "El propósito y la decisión de matar a Obregón, no fueron circunstanciales ni repentinos, sino tarea meditada y preparada espontánea y libremente con el mayor cuidado y empeño, con el propósito y deseo que en lo sucesivo pudiera haber libertad, compresión y solidaridad entre los mexicanos sin distinción de credos..." última discrepancia. El episodio de los camisas rojas. Ciertamente, la empresa desfanatizadora fue, en el modo que se llevó, un error político y moral de la revolución mexicana, y nada se gana con oponer una intolerancia de diez años a la intolerancia de siglos. Pero hay un salto de allí a decir como el censor, que el linchamiento del camisa roja Ernesto Malda se explica, y lo que no tiene justificación ni explicación son los atentados de los camisas rojas. Ningún linchamiento, jamás, se explica, si no es en función de la creencia en justicias inmanentes. Si va a existir ahora la tolerancia propia del pluralismo, bueno sería reconocer que en un momento dado se enfrentaron dos arbitrariedades sumas: la empresa desfanatizadora del Estado y la obcecación fanatizadora de la Iglesia católica.