Estudio mariscal

Javier Mariscal es un valenciano universal que no requiere de mucha presentación, se le conoce en todo el mundo por ser el autor de un perro aplastado que una vez fue mascota olímpica y por su capacidad de pasar de una disciplina a otra sin perder su estilo inconfundible. En sus muchos años de aventuras ha ejercido de dibujante, de pintor, de escultor, de diseñador gráfico, de diseñador de muebles, de restaurantes o de hoteles, incluso de jardinero de enormes plazas urbanas. Es un creador promiscuo, dotado de una curiosidad enorme que le lleva a embarcarse en cualquier proyecto que se le cruce por delante y que le llame la atención, sin importarle cual sea su clase o capacidad creativa y porque alrededor suyo ha sabido levantar el Estudio Mariscal, una auténtica factoría para desarrollar proyectos. El Estudio Mariscal lleva más de diez años instalado en el recinto de palo alto, un viejo lugar del Poblenou barcelonés que ha resistido a la presión inmobiliaria y que todavía conserva toda la esencia industrial del barrio, muy cerca de esa playa que tanto ha inspirado siempre a Javier, entre los muros del recinto se ha construido el mundo donde se siente a gusto, donde hay un huerto, una cantina y una escoletas de verano para los niños, donde puede aparcar las vespas y sus viejos cinquecentos, y donde crecen alegremente las buganvillas. Un lugar que visita el Estudio Mariscal tiene además la sensación de sentirse como en casa. Por la mañana traen el desayuno, a mediodía se duerme la siesta y por la tarde se toman cocacolas.