Wallenstein: El campamento de Wallenstein - Los piccolomini - La muerte de Wallenstein · La novia de Mesina

Schiller creó el drama histórico con el Wallenstein. Se operó con ello uno de sus progresos de la poesía que siguen influyendo de un modo permanente en la humanidad. La influencia del drama schilleriano se proyecta sobre el drama histórico, sobre la novela histórica y sobre la misma historia. Schiller dedicó a la solución de este problema el mayor esfuerzo de su vida. En mayo de 1796 se decidió por la figura de Wallenstein y aplastó el plan de Los caballeros de Malta; en 1799 veía la luz la obra. La acción discurre dentro del contraste entre las grandes potencias históricas de la política de Gustavo Adolfo y los príncipes protestantes. Pero mientras que, en Don Carlos, en María Estuardo, en Guillermo Tell, esta gran antítesis constituye bajo diversas formas el tema del propio drama, no aparece entremezclado aquí nada de lo que comúnmente interesaba tanto al autor. La lucha que aquí libra Wallenstein es una lucha por el poder. Y el instrumento de esta lucha es siempre el ejército. Los caudillos de los ejércitos adquieren, en esta situación, una independencia determinada por la duración de la guerra. Aspiran a erigirse en príncipes del imperio. Wallenstein es, por su ejército, el más poderoso de todos. Su plan es implantar por su cuenta la paz y, para ello, pretende entronizarse entre los príncipes de Reich como dueño y señor de Bohemia. Soporta a duras penas la tiranía de la fe impuesta desde Viena. El ejército le tiene por su verdadero y único caudillo. Mediante su convenio con el emperador y las medidas basadas en él, el propio Wallenstein consiguió establecer este estado de cosas. El ejército es su instrumento. En esta situación, véase empujado a realizar actos políticos independientes. Interviene aquí la estrategia militar de aquellos días, personificada en él. Esta estrategia no puede desglosarse totalmente de las operaciones políticas. Y las negociaciones con Suecia y Sijonia tenían por fuerza que hacer sospechoso a Wallenstein a los ojos de la corte imperial.