Propedéutica filosófica · Kant y la escuela de Marburgo · Curso de pedagogía social

La doctrina de Natorp es inseparable del contexto de la Escuela de Marburgo, y ésta sólo comprensible en su raíz y destino dentro de los cuadros de la filosofía neokantiana, a título de uno de los movimientos señeros de la historia de las ideas en el siglo XX. Para la escuela de Marburgo, el Kant histórico constituye tan sólo la pauta orientadora y un presupuesto de trabajo. El método de la filosofía es la reflexión trascendental. “Como lo enseñó Kant, esta vía metódica reside en descubrir las leyes inmanentes de la experiencia, las condiciones nomotéticas (legales) que hacen posible ciencia y moralidad, arte y religión”. En nexo con las ideas sustentadas en su filosofía social, aboga Natorp, ya desde sus primeros trabajos, por una orientación pedagógica en radical sentido social. Se fortalece ésta su posición vinculando la “vuelta a Kant” con una “vuelta a Pestalozzi” (1746-1841), el notable pedagogo del neohumanismo; lo que vino a significar, de rechazo, un apartamiento de la doctrina de Federico Herbart (1776-1841), quien, por cierto, sustenta una concepción individualista e intelectualista. Además de Pestalozzi, la pedagogía de Natorp está influida por Platón. La educación social significa que el individuo está condicionado socialmente a la vez que la comunidad depende de la manera de ser de los individuos. Paralelismo entre individuo y sociedad. La educación, en segundo lugar, es una aspiración, algo dinámico en su esencia. La orientan ideales que van conformando la personalidad de individuo; pero en su realización, la voluntad es factor determinante. Educación de la voluntad por la propia voluntad. La educación es proceso y progreso a la vez, y se halla inserta en una triple proyección personal: impulso, libertad de opción y libertad racional. A ello corresponde una triple organización socio-pedagógica: el hogar, la escuela y la educación libre de adultos. El medio imprescindible de la formación de la voluntad es la organización de la comunidad. De aquí el tan reiterado socialismo pedagógico de Natorp, bien que no de signo marxista ni naturalista. “Nunca podrá el hombre ser hombre sin la comunidad”. Socialismo ético, por así decirlo, tan caro, como ya quedó señalado, a la filosofía social de la Escuela de Marburgo.