PROBLEMAS DE LA CUENCA DE MEXICO

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ISBN
9789686664362
El ciclo de conferencias y ahora el libro Problemas de la Cuenca de México, constituye un esfuerzo sistemático para valorar la crisis poblacional, económica, urbana y social de esta zona del país. La concentración, que desde la década de 1940 ha polarizado la vida del país, consecuencia de un esquema de desarrollo, quizás conveniente cuando se instauró -pero que ahora amenaza con la destrucción de la totalidad nacional-, se convierte en la más seria preocupación de autoridades e investigadores. El tema de la desconcentración ha sido tratado en muchos estudios y en múltiples ocasiones. Los investigadores de El Colegio Nacional no han desoído un clamor cada vez más alto y cada vez más congregante. El deseo de salvar la Cuenca de México, como la porción más rica del país, por su tradición y por su proyección cultural, ha fundado la actividad en escuelas, congresos y asambleas. Participar, con la presentación de ideas que aclaren, que alienten, que induzcan a la acción, se ha vuelto obligación y norma de conducta. La presentación de reflexiones interdisciplinarias sobre población, uso del suelo, aprovechamiento de recursos hidrológicos, contaminación, transporte y vialidad, métodos y procedimientos constructivos, urbanización y otros asuntos de igual peso, y la demanda de resoluciones planteadas por especialistas, en cada una de estas disciplinas, más que un ejercicio intelectual valioso, se erige en un llamado a quienes deban sumarse, para que en una demostración de responsabilidad, emprendan acciones que liberen al país del desastre que se vislumbra si continúa -y parece que no hay detenimiento- el desgaste de los recursos, no sólo de la zona, sino los de todo el país. Es imposible concebir la modernización que se proclama, sin la modificación radical del proyecto socioeconómico y político que ha confluido a esta alarmante situación, ya conflictiva. Los programas de salud, de empleo, de justicia, mostrarán su ineficiencia, si se persiste en las prácticas que ahora resultan contrarias al interés público. La igualdad entre nivel de vida y aprovechamiento idóneo de recursos naturales, no se establecerá mientras continúe el desperdicio irracional por el indiscriminado crecimiento de la población en una sola zona, que absorbe el potencial nacional y reduce a otros grupos humanos a la pobreza y a la incuria. Demostrar que no es destino manifiesto la miseria, la insalubridad, la ignorancia y el desempleo, motiva a cambiar proyectos, a revitalizar la función crítica necesaria, a acelerar la investigación y a encontrar soluciones, que por ahora, se ordenan en la perspectiva de cómo y de qué manera se logrará el establecimiento de otros polos de desarrollo, que sean incentivo para descongestionar la zona metropolitana y que le devuelvan las condiciones de equilibrio ecológico que sin duda fueron imán para su desarrollo. La pérdida de la Cuenca de México impedirá que, como nación, tengamos lugar y colaboración en las nuevas estructuras con las que el mundo intenta fortalecerse. La ruptura de los intereses establecidos que han llevado a este estado de casi aniquilamiento, es perentoria y definitiva, pues de otra manera no se logrará la conducta democrática a que se aspira para fortalecer la relación entre los poderes de la federación, entre los poderes de los estados federados, entre los municipios, y con ello, liberar la iniciativa de la población para lograr metas de bienestar que ahora no son siquiera imaginables. Si el peso del poder radica en sólo una parte de la nación, la nación será pobre y pequeña, incapaz de concurrir a los reclamos de participación internacional con voluntad de colaboración y con firmeza de principios. Restablecer la calidad del medio ambiente, sin la dependencia empobrecedora de unos lugares sobre otros, es una de las prioridades que marca la política de modernización que se pretende emprender y estatuir. Lograr que la zona de la Cuenca de México alcance su recuperación, es la tarea nacional más importante, la que requiere mayor lucidez de los estudiosos y la mayor cooperación de la totalidad de las fuerzas nacionales. Algunos artefactos, huesos de animales y humanos, son la huella de que hace 25 mil años a. C., empezó la vida humana en la Cuenca de México y que desde el año 5000 a. C., los agrupamientos humanos, por el cultivo de una horticultura incipiente, por la pesca y la caza, lograron una vida sedentaria que les permitió, a partir del año 3000 a. C., avances profundos en sus técnicas de subsistencia, sobre todo, porque consiguieron, conjuntamente con las siembras de maíz, frijol, y otros productos, la manera de fabricar artículos de cerámica. Fortalecieron, mediante el intercambio, su propia agrupación y las de asentamientos próximos, con el siguiente desarrollo económico y cultural que hizo posible la gran civilización mesoamericana.
Más Información
Formato Fisico
Editorial CN
Colección
Categoría
Temática
Páginas 403
Idioma Español / Castellano
Edición 1 , 1990
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