Manual y máximas · Soliloquios

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Sin existencias
ISBN
9789700702827
Durante toda esa época subsiguiente a las conquistas de Alejandro que, desde la obra de Droysen, han convenido los historiadores en llamar del “helenismo”, la civilización griega se extiende e impone en los pueblos mediterráneos, a la par que se abre a las influencias orientales y va perdiendo lo que tenía de más específicamente nacional: el nexo entre la civilización y la ciudad. Es la época en que desaparece la autonomía de las ciudades- Estado, avasalladas por las monarquías absolutistas de los sucesores de Alejandro, hasta quedar, en 146 a. C., reducida Grecia entera a la condición de provincia romana con el nombre de Acaya. El pluralismo político de la polis sucumbe a la obra unificadora del Macedonio, y esto da origen a un doble fenómeno: la formación de grandes urbes, con la masificación correspondiente, y el sentimiento de cosmopolitismo; al desmoronarse la fe en los panteones nacionales y en los mitos en torno a ellos carecía ya de base el sentimiento de la patria local. Los ideales que empiezan a impulsar a los humanos son los de su fraternidad universal y de su liberación de las cadenas del destino; así, entre los movimientos religiosos que entonces predominan, destacan las sociedades mistéricas, que no se fincan en el lugar de nacimiento, sino en una iniciación iluminante que cualquier hombre puede recibir. La organización de la vida en las grandes ciudades, en las que abundaban los gimnasios como centros de diálogos y de conferencias, las termas como lugares de reunión y de contactos sociales, los teatros y las bibliotecas, con la facilidad de comunicaciones y de intercambio, pero también con la masificación de la vida, de los pasatiempos y de la cultura, procuraba un saber más extenso que profundo y, gracias a grandes bibliotecas, en las que se alineaban casi todos los monumentos literarios del pasado, había de orientarse aquél en un sentido más erudito que creador. La masificación democrática bajo las dinastías de los sucesores de Alejandro y más tarde bajo el poder romano conduce a un mayor reconocimiento de la persona humana, al ser despojada ésta del prestigio de su rango y condición social, que eclipsaban lo propiamente humano y personal. Esto repercute incluso en la literatura, que empieza a interesarse por las realidades cotidianas y concretas de la vida individual y a descubrir la naturaleza y los matices de la vida familiar. Las corrientes del pensamiento que gozan de mayor prestigio y fecundidad en el periodo a que nos estamos refiriendo son: la Academia y el Liceo, que siguen elaborando sobre las enseñanzas de Platón y de Aristóteles; el Epicureísmo, amalgama de la especulación materialista de Demócrito de Abdera y de la ética hedonista de la escuela de Aristipo, y la Estoa que, al lado de actitudes inéditas, retiene, por conducto de la escuela de Megara, algo de lo más genuino y sano de la actitud de Sócrates ante la existencia. Al igual que aquél, todo lo orienta esta nueva escuela hacia el despertar de la conciencia a un existir auténtico, lúcida y responsablemente asumido.
Más Información
Formato Fisico
Editorial Editorial Porrúa México
Colección Sepan Cuantos
Categoría Literatura y estudios literarios
Temática Textos clásicos
Páginas 286
Idioma Español / Castellano
Edición 6 , 1998
Autor(es) ,
Encuadernación Tela cosida en hilo
Audiencia Jóvenes adultos
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