Los últimos días del presidente Madero

Don Manuel Márquez Sterling, esclarecido escritor y periodista, representó a su patria, Cuba, cuando investido del cargo diplomático, con constantes y manifiestas pruebas de dignidad, tesón y valentía, primero en la Argentina, en el Brasil y en el Perú después, tocaron en días críticos para la historia de su patria. Era el Ministro de un país que por dos veces había padecido la intervención extranjera, y en la primera parte de este libro se deducen útiles enseñanzas y provocan a encomio su tacto, y el fervoroso e inteligente patriotismo que no ceja en exponer como quien ha sentido el mal en carne viva, las doctrinas de la independencia, granjeándose por ello el respeto y la estimación de las Cancillerías, y también el de los pueblos de aquellas Repúblicas latinoamericanas. Méritos bastantes para que, en un ascenso en la Carrera, se le nombrara en México. Desde el mismo momento en que el Ministro presenta sus credenciales al presidente Madero, el relato histórico suspende el ánimo del lector, y el relato "humano" llegará a empavorecerlo al ver cómo acabó la vida un hombre bueno. Para salvar la vida del Presidente, apeló el ministro de Cuba a cuantos recursos le permitía el cargo, y aun hizo generoso acto de presencia en una larga noche de angustias. Pero ya estaban cargados los dados; todo fue en vano.