Joyas de la amistad engarzadas en una antología

Si del Amor que mueve al sol ya las demás estrellas resultan difíciles integrar una Antología, a causa de la infinidad de tributos que su culto ha recibido de todos los escritores, la Amistad como tema reduce el campo en que pueden, en cambio, espigarse las reflexiones que. esta fraterna, serena, depurada y perdurable manifestación del amor ha inspirado, a través de los tiempos, a los más selectos espíritus. Ofrecemos en este libro -presente amistoso un florilegio de textos clásicos en que la Amistad es el vínculo que desposa y acerca, de un siglo a otro, de uno a otro país, a pensadores y a poetas. No es de sorprender que el Amor prefiera, para su expresión literaria, la llama viva del poema. En todo amor, por sincero y hondo que sea, puede advertirse el egoísmo, la subjetividad, que nutre y explica a la poesía lírica. Deslumbradora, incomparable, su llama empero se extingue con los días, se marchita y apaga con los años. La Amistad es, en cambio, un quieto, apacible, tibio y dulce fuego que el tiempo no abate ni amengua. Todo egoísmo en ella se desvanece. Altruista por esencia, sacrifica al yo para infundirse en las excelencias que descubre y ensalza en aquel otro yo que la amistad procura; pero ni aun esta ganancia es su móvil, ni su esencia. La Amistad no pide la recompensa con que sueña, a que aspira, el ardiente amor; la alcanza en sí misma; permanece, como la virtud, sin otro galardón que su propia y alta dignidad. Sobre sus cimientos se erigen la humildad, la lealtad, la perseverancia, el perdón -las más admirables cualidades humanas. La prosa, ya eminente y poética por la altura de su vuelo, ya íntima y familiar como una confidencia, es el lenguaje propio de la Amistad. No faltan, por supuesto, bellos poemas que en todas las lenguas la exalten; pero hemos preferido tomar de la prosa de los pensadores aquí reunidos, las joyas que la condensan. Planeada su edición para que aparezca y circule en la Navidad de 1963, deseamos poner este libro en las manos de cuantos elijan, al obsequiar con él a sus amigos, manifestarles su recuerdo y su afecto; confiar a los autores aquí congregados -voces fraternas en un coro de siglos- la expresión de aquellos saludos con que solemos, por esta época efusiva del año, renovar, preservar, y enriquecer el tesoro de nuestras amistades.