El viajero, la torre y la larva

Leer es un misterio. Con la mirada captamos las letras que poco a poco, vayan ustedes a saber gracias a qué alquimia, se ensamblan en algún lugar de la mente y nos permiten viajar por todos los rincones del planeta, aislarnos del fragor cotidiano o alimentar el espíritu. Esas actividades le sirven a Alberto Manguel para identificar tres imágenes con las que podríamos aspirar a comprender el luminoso enigma de la lectura. Convencido de que toda metáfora es una confesión de la incapacidad el lenguaje para permitirnos la comunicación directa, el autor de La biblioteca de la noche plantea en esta obra que el lector puede ser entendido como un viajero que se desplaza por las páginas del universo, como un erudito guarecido en su torre de marfil o como una larva glotona que engulle libros tras libros, sin digerir nada.