EL OJO DE CALVINO SOBRE LA MIRADA DEL ESCRITOR

En una carta de 1960 a su amigo Francois Wahl, Italo Calvino reconoce que su punto de partida son las imágenes: “la única cosa que quisiera enseñar es un modo de mirar, es decir, de estar en el mundo”. La vocación visual del escritor lo lleva a explorar el mundo a través del sentido de la vista: pero no se trata del arte ni de la pintura, del cine o la fotografía, los objetos e imágenes, sino en el modo particular de hablar, de escribir: a esta vocación, a su método, y a los resultados que ha producido está dedicado este volumen de Marco Belpoliti, que arroja luz sobre la metáfora visual, los emblemas y las imágenes recurrentes de su obra: del laberinto a la red, del espiral al espejo, del cristal o la llama. La lectura y la escritura se presentan como las dos coordenadas del sistema clasificatorio del escritor, las herramientas con las que intenta el mundo visible: el “pensamiento del ojo”. El tema de la descripción está en el centro de la obra de Calvino, la relación entre el tiempo y el espacio. El volumen recorre el interés de Calvino por el arte, la fotografía, el cine y la pintura, haciendo emerger su tensión ética e investigadora, nutrida por los aportes culturales más dispares, desde la antropología a la ciencia y a la epistemología, pero atenta también a los detalles más pequeños de la realidad. Belpoliti establece una suerte de hipotético blasón calviniano, el escudo sobre el cual se perfilan todos los objetos, las formas y las figuras de un pensamiento, los sofisticados instrumentos de su “ojo-mente”. Belpoliti define con claridad el sentido profundo que para Calvino tenía el hacer literatura, así como las razones de su fama internacional, el hecho de ser uno de los pocos autores que pueden internarse con seguridad en el laberinto del próximo milenio.