DERECHO PENAL INTELECTUAL

Hemos manifestado que es notoria la complejidad que encierra el arte y su incidencia en el derecho. Lo cual es explicable si se tiene en cuenta que el mismo no es otra cosa, en nuestra opinión, que el mensaje cultural que el hombre de ingenio envía a la sociedad a través del latido de su inspiración creadora, trasmutado en una obra o en una producción literaria, artística o científica. Pues si fácil resulta identificar lo material, sirviéndose de la vista o de otros sentidos que lo hacen sensible, éstos no son aptos, sin embargo, para identificar el quehacer del artista exteriorizado en un objeto inmaterial, dado que éste tiene su origen en la profundidad de la mente humana y se vuelca en un bien incorporal.. Se hace necesario así, para lograrlo, recurrir al concepto que lo caracteriza. Pero como hecho artístico es, además, un ente meramente sensible que recae sobre un objeto ideal de valor puro, el que no sólo no es factible aprehenderlo con los alfileres de una definición, sino que le faltan también, para que sea aceptable en el campo del derecho, aquellos elementos que deben encontrarse en toda concepción jurídica: la certeza, la sustancia y la justicia intrínseca. De aquí que no esté exenta nuestra tarea de impedimentos aparentemente insalvables cuando pretendemos establecer si determinada manifestación intelectual es tutelable en la esfera del derecho de autor o si, simplemente, constituye una creación ajena a la misma al estar exclusivamente sujeta al derecho común.