COCINAR CON FRUTAS

¡La fruta es un manjar de dioses! He aquí una afirmación que jamás podrá ser desmentida. Porque las frutas, unas en mayor cantidad, otras menos, poseen todas las sustancias nutritivas que necesita el hombre para su desarrollo y su supervivencia. Y junto con esta excelente condición, las frutas no aportan al organismo humano ninguno de los inconvenientes, ninguna de las materias nocivas que en ocasiones tienen en sí otros alimentos. La fruta es sana, digerible, apetitosa siempre. La fruta, consumida fresca, en su punto, es ciertamente un manjar de dioses... pero cuando a la fruta se le agregan algunos condimentos, cuando con ella se componen platos exquisitos de un alto valor gastronómico, entonces la fruta es un verdadero regalo para el paladar humano, que incluso los mismos dioses deben envidiar. Todas las recetas que figuran en este libro muestran una imaginación privilegiada, como fruto de la experiencia de muchos años, de muchas pruebas y ensayos gastronómicos, cuyo resultado no ha podido ser más halag?eño. En dichas recetas, en las que figuran sucesivamente la mayoría de frutas más conocidas y consumidas en el mundo occidental, no existen dificultades culinarias excesivas, por lo que toda ama de casa, poseyendo buen gusto y cierta afición a la cocina, puede combinarlas con suma facilidad. Tal es el propósito de este libro, que a la claridad de exposición de las recetas a base de frutas que lo componen, une una galería impresionante de magnificas fotografías que ayudarán sin ninguna duda a la composición de los distintos platos presentados. La piña tropical, ellitschis, el aguacate, el coco, los dátiles, al lado de frutas de nuestros lares, como las peras, las manzanas y los plátanos, entran en la composición de las recetas ofrecidas en estas páginas, en combinación con salsas, pescados, embutidos y condimentos, en una combinación sabrosa siempre y acertada, que presta un gran realce a las bondades de las frutas en su estado natural. Todas las fórmulas presentadas en esta obra constituyen otros tantos hitos de la gastronomía internacional, siendo la variedad de elementos que intervienen en las mismas lo que las revaloriza hasta límites insospechados. Si antaño solía consumirse la fruta aparte de los demás alimentos, hoy día se ha puesto de manifiesto que una correcta combinación de ciertas frutas con verduras, carnes o pescados, son una auténtica delicia para el paladar más exigente. Las ensaladas de aguacate, la piña -tropical rellena, las peras con Roquefort, los helados de frutas, los sorbetes, las tartas, el cóctel de champán con kiwis... toda la serie de recetas que componen este libro, constituye un deleite gastronómico y visual, un esfuerzo incomparable, y una satisfacción sin par, con el convencimiento de contribuir al conocimiento de un acervo más dilatado y rico de platos a base de frutas, así como a la divulgación de los mismos, no sólo para quienes se dedican por oficio a la gastronomía, sino también entre los simples consumidores de esos sabrosos dones naturales que, con estas recetas podrán dar libre curso a su fantasía y a sus apetencias nutritivas. Servirse de este Recetario para cocinar con frutas puede incluso modificar hasta cierto punto la mentalidad de las personas en lo que concierne a la rutina culinaria. Tomemos como ejemplo los aguacates, cuya mejor utilidad radica en constituir hoy día un elemento indispensable en multitud de platos de ensalada. O consideremos el caso del melón, la fruta veraniega por excelencia, dulce y refrescante, que en la actualidad es el fiel acompañante del jamón en los entrantes de las más opíparas comidas. Y aquí cabe preguntar: ¿acaso plantea la fruta una revolución culinaria? Nada de eso. El nuevo concepto de la fruta como elemento gastronómico mejor aprovechado, no hace más que regalar al paladar y a todo el sistema digestivo, enriqueciendo no sólo el sabor sino el valor nutritivo de muchos platos que a partir de ahora deberán figurar en todos los menús de los restaurantes y los hogares domésticos, porque además, y aparte de las ventajas referidas, las frutas, salvo en casos muy especiales, nunca aumentan indebidamente el presupuesto del ama de casa.