'La misión del juez ante la ley injusta': elogio para los jueces y el Derecho

'La misión del juez ante la ley injusta': elogio para los jueces y el Derecho

Los juristas tenemos como punto de apoyo el auténtico Derecho, ¡apoyémonos en él y haremos imperar la justicia en el mundo!

Andrea Martínez[1] | Tiempo estimado de lectura: 3 min. 

La última sentencia de muerte en México la dictó el juez Roberto Reynoso Dávila (1921-2017). El 17 de junio 1957, en Hermosillo, Sonora, fue cuando “Diez carabinas de manufactura estadounidense sobrevivientes de la Revolución estaban previamente cargadas para la ejecución” de Juan Zamarripa y Francisco Ruiz Corrales, acusados de violación y homicidio[2].

Zamarripa abusó sexualmente y estranguló a Luz Margarita Mendoza, de seis años de edad, conocida en su localidad por vender tomates. Por su parte, Ruiz Corrales cometió los mismos delitos en contra de Ernestina Leyva, quien apenas tenía cuatro años.  Sin embargo, ambos fueron sentenciados por el delito de asesinato[3].

¿Quién fue Roberto Reynoso Dávila y cuál fue su obra que inspira a todo abogado? Él ejerció los cargos de Juez de Primera Instancia de lo Penal, Juez de lo Civil y Juez Primero en la Ciudad de Hermosillo. A estas actividades, en 1954 sumó la docencia en la Universidad de Sonora, institución de la que fue Rector en 1967. Durante su gestión, reestructuró la administración de la misma y sentó las bases para su estabilidad institucional.

Como profesor de Derecho Penal, durante 54 años, Reynoso Dávila formó a varias generaciones de abogadas y abogados con su amplia experiencia y ejemplo de lo que significa ser abogado: “Buscar la solución justa que dirima cualquier género de controversia que surja entre los individuos y entre los Estados, evitando así que predomine la ley del más fuerte, que sería la ley de la salva”. Las palabras anteriores se recogen en su libro La misión del juez ante la Ley injusta (Biblioteca Jurídica, 2018) https://bit.ly/3hKXexS, en la que también se señala que los abogados deben amar la verdad y la justicia, luchar por ellas y defenderlas.

Esta obra derivó de una conferencia magistral, que el maestro Reynoso Dávila dictó en el Centro de Excelencia de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, con motivo de la implantación de la Maestría en Administración de Justicia, la cual se publicó para conservar y difundir sus palabras entre jueces, abogados, estudiantes y maestros, convirtiéndose en un elogio para los jueces y el Derecho, al mismo tiempo que es una llamada de atención para rescatar el deber de la abogacía.

Asimismo, es una reprimenda a los juristas negativos que actúan igual que quienes condenaron a Sócrates a beber cicuta. Pero también es una tertulia en la que departen San Agustín, Kant, Ortega y Gasset, Mario de la Cueva, Kensel, entre otros, que les dicen a los lectores: “Los juristas tenemos como punto de apoyo el auténtico Derecho, ¡apoyémonos en él y haremos imperar la justicia en el mundo!”

 

 

[1] Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha publicado crónica y artículos en los suplementos RSVP y Pimienta del periódico Excélsior. Es redactor del Boletín Jurídico Porrúa y colaborador del área de Comunicación y Relaciones Públicas de Grupo Porrúa.

[2] Rodríguez, Luis Carlos. (27 de febrero del 2020). “Hace 63 años aplicaron última pena de muerte”. ContraRéplica. Recuperado de https://www.contrareplica.mx/nota-Hace-63-anos-aplicaron-ultima-pena-de-muerte-202026252

[3] Delgadillo, Magalli. (21 de julio del 2017). “¿Por qué dejó de aplicarse la pena de muerte en México?” El Universal. Recuperado de https://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/colaboracion/mochilazo-en-el-tiempo/nacion/sociedad/2017/07/21/por-que-dejo-de  

 

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