El seductor de la patria: El hombre más allá del personaje
Octavio Juárez Peralta[1]
"Una novela que busca, según testimonios del autor, hacer dudar al lector sobre la versión oficial de los hechos". Así empieza El Seductor de la Patria, una novela histórica a manera epistolar en la que Enrique Serna plasma las vivencias, luchas, derrotas, exilios y periodos presidenciales de Antonio López de Santa Anna (1794 – 1876), odiado por unos y amado por otros. En más de ochenta cartas que la obra posee, Serna retrata no al político, sino al hombre que nació en Xalapa, Veracruz, creció y se desarrolló en las filas como caudillo y murió en la Ciudad de México.
Enrique Serna es un escritor y ensayista nacido en la Ciudad de México en 1959. En los inicios de su carrera profesional fue publicista, argumentista y biógrafo; se dio a conocer como escritor en 1978 en la Revista Mexicana de Cultura, suplemento del periódico El Nacional, con su obra La Bóveda, primer cuento del autor mexicano. A partir de entonces, se ha posicionado entre los más reconocidos escritores mexicanos de la actualidad. Su novela El Seductor de la Patria (1999) fue galardonada con el Premio Mazatlán de Literatura en el año 2000. También, ha sido objeto de reconocimientos y halagos por su labor histórica, así como de críticas por la misma.
Enrique Krauze, en su libro: Siglo de Caudillos, dedica un capítulo a Antonio López de Santa Anna titulado: “Seductor de la patria”. Ésta es la referencia más importante para que Enrique Serna relate la controversial vida de uno de los personajes más importantes en la historia de México. Serna elige el año 1874 como base para desarrollar su historia. En ese momento se puede ver a un Santa Anna derrotado, enfermo y siendo ya un anciano de 80 años que vuelve de su exilio a México y encuentra desprecio, odio y olvido de su pueblo. Es entonces cuando Santa Anna decide comenzar a escribir sus memorias en forma de autobiografía, con el objetivo de limpiar su nombre que tan manchado quedó en el recuerdo de México. Esto, a través de relatos en donde su valentía y heroísmo deben ser lo más visible.
El caudillo comienza sus memorias desde su infancia, sigue por su adolescencia y su temprana inserción militar; aunque el objetivo es abarcar toda su vida, dedica especial énfasis a sus triunfos políticos y militares, tal como fue la batalla de Tampico (1829), una de sus victorias más importantes en contra de los españoles, o su ascenso a héroe de la patria en 1838 al pelear contra el ejército francés en San Juan de Ulúa, Veraruz, combate en el que perdió su pierna izquierda. De esta manera, Santa Anna explica y trata de justificar sus acciones, que lo llevaron a convertirse en el dictador que México recuerda.
Cada una de las más de ochenta cartas contribuyen o rechazan las versiones que Santa Anna expresa e intercambia con otros personajes significativos de la historia mexicana; esto, con ayuda de diversos testimonios de los personajes cercanos al caudillo veracruzano. Asimismo, el formato epistolar de la obra hace al lector sentir verdaderamente el sentimiento de estar leyendo un documento histórico escrito del puño y letra de Santa Anna.
Enrique Serna, dándole voz a un viejo Santa Anna, ofrece un extraordinario contraste entre lo que el caudillo veracruzano dice haber ofrecido a cambio del desprecio y olvido del pueblo mexicano, y lo que realmente pasó según los hechos que lo llevaron al destino que tuvo. De esta forma, el lector elige ser seducido, o no, por aquel que parece únicamente estar defendiendo su imagen de quienes lo atacaron en medios públicos y políticos.
Una injusticia fue la que Antonio López de Santa Anna recibió en sus últimos años, según sus memorias; desprecio injustificado, afirma, fue lo que obtuvo, después de ofrecer tanto a México. O, al menos, eso dice él.
[1] Estudiante de la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas por la UAEM. Ha participado en diversos coloquios literarios. Actualmente realiza prácticas profesionales en Librería Porrúa.