Aventuras de Don Quijote y Sancho

Hace mucho tiempo, en un pueblo de la Mancha en España, vivía en hidalgo -un noble del más bajo nivel-, a quien le encantaba leer libros sobre caballeros andantes que buscaban aventuras cubiertos con sus armaduras. Se llenó de fantasía a causa de todo lo que leía, hasta que cayó en el más extraño pensamiento: hacerse caballero andante y realizar todo eso que leyó en sus libros. Don Quijote, como decidió nombrarse, en enfrenta a gigantes y magos perversos. Vive enamorado de su dama quien no tiene comparación: la sin par Dulcinea del Toboso. Sancho Panza, su fiel compañero, es un hombre prudente y pacífico que a veces siente miedo. Cuando terminó de cenar, don Quijote se arrodilló frente al posadero, le pidió que le dejara velar sus armas en la capilla del castillo El posadero le explicó que las armas se podían velar en el patio. Don Quijote acomodó sus armas y con la lanza en las manos comenzó a velarlas; la gente que estaba en la posada se asomaba al patio con curiosidad, pues ya se había corrido la voz de que estaba loco de remate.