15 AÑOS DEL TALLER FOTOGRAFICO DE MARY ELLEN MARK EN OAXACA

En el profundo sur de México, Oaxaca es conocida en todo el mundo por su capacidad de agudizar los sentidos a niveles exquisitos. Decir que este lugar es mágico es casi imposible de evitar. Esta cualidad mágica parece estar presente en todos lados al mismo tiempo: en la luz y los colores, en la exuberancia vertiginosa de la naturaleza, en la proximidad entre la vida moderna y la antigua, así como en la comida, la artesanía, el arte y la música oaxaqueña. Y tal vez, más que nada, en su gente. Todo esto conforma un tema seductor para un fotógrafo. Desde hace más de quince años, la aclamada fotógrafa Mary Ellen Mark, cuya obra es reconocida por su hondo compromiso emocional con sus sujetos, imparte un taller en la ciudad de Oaxaca y sus alrededores. Sus alumnos llegan desde diferentes países, con una amplia gama de experiencia previa en la fotografía -algunos ya capacitados, otros más en sus inicios- y, por supuesto, con intereses y estilos particulares. Sin embargo, la colección de fotografías mostradas en este libro, el cual conmemora una década y media del taller de Mary Ellen, no sólo revela un nivel elevado y consistente de seguridad técnica, sino también un tono emocional sorprendentemente cohesionado. Los momentos de cada vida que han sido capturados por los alumnos de Mary Ellen son cómicos, conmovedores, líricos y algunas veces escalofriantes; sin embargo, reconocemos estos momentos porque no ofrecen una ventana a otro mundo, sino al nuestro. Una joven revisa sus mensajes de texto por encima del hombro del amante que la abraza. Parado sobre un ladrillo en la barda de lámina de su jardín, un niño vislumbra el vasto mundo más allá. Un padre lanza a su hijo hacia lo alto en un cielo infinito, como si éste representara sus esperanzas para el futuro. Por más distintos que los fotógrafos puedan ser entre ellos, su trabajo está vinculado por un hilo común: una mirada profundamente compasiva.